Las Fallas son una fiesta popular, las calles alrededor de los monumentos falleros son literalmente tomadas por la gente, ahí cocinan con “leña”, o más bien madera, paellas asados y otras delicias. El fuego y humo de esas fogatas se adelanta, en cierto modo, a lo que será la quema de las fallas.
Los falleros instalan carpas donde festejan privadamente y una serie de locales y ferias temporalmente se instalan en plazas y avenidas para ofrecer a todo el público y a módico costo los tradicionales buñuelos de calabaza, churros, con chocolate o azúcar y otras comidas no tan típicas, como ese delicioso bocadillo de salchicha picante alemana con cebolla frita y salsa de roquefort.
Además de los fuegos artificiales hay espectáculos musicales al aire libre que convocan a miles de personas, el oficial es el show en el parque Turia (a la altura de las Torres de Serrano), pero también existe la posibilidad de asistir a pequeños conciertos en algunos de los sectores más bohemios de la ciudad, como el barrio del Carmen.
El clima es relajado a pesar de la muchedumbre, ya que miles de turistas año a año visitan Valencia para disfrutar de la fiesta y recorrer las famosas fallas que se plantan en todos los barrios. Hay que considerar que es prácticamente imposible visitar todas las fallas si no se conoce muy bien la ciudad o no se cuenta con un(a) buen(a) guía.
El clima es relajado a pesar de la muchedumbre, ya que miles de turistas año a año visitan Valencia para disfrutar de la fiesta y recorrer las famosas fallas que se plantan en todos los barrios. Hay que considerar que es prácticamente imposible visitar todas las fallas si no se conoce muy bien la ciudad o no se cuenta con un(a) buen(a) guía.
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